Para empezar deberás hacerte con sal normal o gorda en una cantidad que puedas envasar. Pon la sal en los recipientes que vayas a usar para calcular la cantidad que necesitas sin desperdiciar nada. También has de comprar colorante de uso cosmético, esencias para jabón (que puedes encontrar en tiendas especializadas en aromaterapia), un recipiente para mezclas, unos tarros de vidrio o bolsas para conservar las sales, y una cuchara para mezclar, mejor si es de acero inoxidable.
Unos pasos muy sencillos
El proceso de elaboración comienza poniendo la sal en un recipiente y añadiendo los colorantes, poco a poco, hasta dar con el tono deseado. Después, incorporamos las esencias, mezclamos bien e impregnamos sobre todas las sales. Dejar unos minutos que la mezcla coja el aroma y comprobar si el olor es el adecuado a nuestros gustos.
También podemos escoger aceites esenciales de aromaterapia para perfumar las sales. Con esta opción conseguiremos, no sólo sales relajantes, sino terapéuticas para nuestro cuerpo dependiendo de los aromas elegidos. Evita en todo momento empapar las sales; éstas deben estar secas antes de envasarlas.
A la hora de ponerlas en un recipiente, escogeremos frascos de vidrio vistosos que nos sirvan para conservar el producto y, a su vez, decoren el cuarto de baño. Podemos usar asimismo bolsas de celofán, siempre y cuando éste sea lo suficientemente grueso. Si es necesario, utilizaremos dos.
Un baño efervescente
Si quieres conseguir sales de baño mucho más sofisticadas, añade a la sal una parte de bicarbonato y otra de ácido cítrico previamente mezcladas: lograrás que se vuelvan efervescentes. Con ellas logramos preparar la piel para la acción de otros bálsamos y aceites esenciales que contengan las sales.
Recuerda que la sal marina es la mejor para hacer sales de baño por sus propiedades medicinales. Puedes añadir pétalos de flores y otros elementos vegetales aromáticos que casen bien con la esencia de las sales. Y no olvides tener cuidado con los aceites y perfumes, porque si son muy puros pueden resultar irritantes para la piel.
Descubre los aceites esenciales
Existen frutas, flores y plantas dentro de universo vegetal que reportan excelentes beneficios a nuestra salud. Así, el árbol de té, resulta ser un antiviral natural ciertamente regeneramente, pero si el catarro nos acecha, nada mejor que aprovecharse de expectorantes como el eucalipto o el tomillo. Nuestras extremedidades inferiores se sentirán calmadas cuando tomemos un baño con esencia de té. No obstante, para aliviar nuestros músculos, la lavanda es otra buena alternativa.
Si queremos dormir como un niño, nada mejor que un momento de relax en la bañera con sales de azahar, un calmante y regulador del sistema nervioso sin igual. Otro gran aliado frente al estrés es la hoja de naranjo, que equilibra nuestra circulación y mejora los trastornos de sueño, al igual que el incienso, que hará que el insomnio pase a la historia.
Nuestra piel hallará unos compañeros fantásticos en el sándalo y en la zanahoria. El primero combate las arrugas, mientras que la genial hortaliza es regeneradora y muy nutritiva, además de depurar el sistema digestivo. Otro antitoxinas popular es el limón, que protege nuestro organismo y estimula nuestros sentidos, al igual que el romero, que despierta la memoria.