Todos hemos estado ahí en algún momento: hemos decidido que queremos hacer una cosa, un propósito, o un objetivo y nos hemos puesto en marcha, pero a los pocos días lo hemos abandonado porque no nos encontramos motivados para ello. Te suena ¿verdad? Parece una lucha imposible, y al final acumulas cientos de intentos, de inicios de proyectos que no llegas a acabar.
Hoy vamos a hablar sobre cómo podemos mantener nuestra motivación para cumplir con nuestros objetivos.
La motivación puede venir de dos fuentes: Interna y Externa.
La motivación interna es aquella que influye en tu comportamiento por el deseo interno que tienes de hacer algo, por tus propios motivos, vamos, como por ejemplo, leer un libro por el simple hecho de disfrutar de la historia que cuenta.
La motivación externa es aquella que influye a tu comportamiento, por el objetivo de ganar una recompensa o por el hecho de evitar un resultado poco favorable. Por ejemplo, leer un libro con el objetivo de aprobar un examen.
Ambas formas de motivación son perfectamente válidas y buenas. Es más, un poco de motivación externa ayuda a desarrollar (o promover) la motivación interna, aunque como todo en esta vida, sin pasarse, ya que si recibimos premios hasta por las cosas más sencillas, nuestra capacidad de motivación interna se verá mermada (dependeríamos demasiado de la motivación externa para poder hacer cosas).
La motivación es algo inconstante en nuestras vidas, a veces nos acompaña y otras tantas nos abandona. Si tenemos un buen día, y nos acompaña, trabajar en nuestras tareas nos resulta sencillo, cómodo. Pero los días en los que no, ¡ay! esos días, esas tareas nos parecen imposibles. La mejor manera de superar esos momentos es recurrir en el compromiso que adquiriste (contigo misma o con otr@s) cuando te pusiste esa tarea.
¿Qué podemos hacer para mantener la motivación?
· Analiza por qué has perdido la motivaciónAntes de intentar solucionar nada, hay que saber qué es lo que falla. Pregúntate por qué estás desmotivada (pero responde con honestidad)
· Recuerda por qué lo haces
Por qué necesitas completar esa tarea, qué te aporta y por qué es importante para ti, qué beneficios te aporta.
· Desarrolla de forma SMART tus objetivos
Traza un camino de trabajo claro, detallado, identificando todas las pequeñas tareas y acciones a realizar, y que componen ese camino a recorrer hasta llegar a tu meta.
· Trabaja con plazos de tiempo más cortos pero de forma constante
El objetivo final puede resultar lejano y poco motivador. Trabaja más con corto plazo (metas semanales o mensuales, por ejemplo). Eso sí, la clave es la constancia, avanzar todos los días un poquito.
· Elige tu foco
Quien mucho abarca, poco aprieta ¿verdad? No quieras hacerlo todo a la vez. Elimina de tus opciones las que no son tu prioridad, y ponte a trabajar en ellas (las prioridades) con toda tu alma.
· Just do it
Como reza el slogan de Nike, simplemente hazlo, ponte en marcha. Muchas veces lo más complicado es dar ese primer paso, que una vez dado, el resto fluye.
· Planifícate, añádelo a tu calendario
Si te cuesta comenzar con un proyecto, y no haces más que postergarlo, recurre a este truco: Añádelo al calendario o a tu agenda, como obligación para un día concreto. Y ese día, ponte a ello, sin más excusas.
· Rodéate de gente que te ayude
Personas que te motiven, te resulten inspiradoras o con quienes compartas tu interés por cumplir ese objetivo, y que sirvan de accountability partners (personas a las que rendir cuentas).
· Respétate
Te has comprometido a realizar algo. Respeta ese compromiso que has adquirido contigo misma (¡es tanto o incluso más importante que los compromisos que adquieres con otras personas!)
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Créditos imagen cabecera: Emma Matthews en Unsplash
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