Debido a la crisis, este año vemos llegar la Navidad con más desasosiego que alegría. ?Cuántos regalos no podré hacer?, te preguntarás, agobiada por un panorama que nos aleja de la burbujeante dicha navideña. De ningún modo queremos renunciar al intercambio de elegantes paquetes, que abrimos con nervios para descubrir sorpresas maravillosas.
?Y si te dijéramos que gracias a la magia de las manualidades puedes hacer un regalo tan espléndido que sus afortunados poseedores lo tendrán de adorno en el mejor rincón de la casa? Nuestra lectora Cgi nos enseña cómo transformar una vieja guía telefónica en un lujoso códice, que parecerá sacado de 'El nombre de la rosa'. !Por muy poco dinero, y sin apenas necesidad de práctica!
A continuación, forramos las tapas con papel de cocina de color blanco, sin dibujos de colores. Pegaremos el papel con la misma cola, diluida en agua.Hemos pintado de color rojo inglés los filos de las hojas, y las tapas de un color algo más oscuro, para que imite al cuero viejo.
La tarea comienza pegando con cola las hojas de la guía de dos en dos. No hace falta dejarlas secar, podemos hacerla entera de una sentada. Dejaremos la guía abierta por la mitad, ya que sólo vamos a decorar las dos hojas centrales.
Una vez seco el libro, lo pintamos entero con un esmalte acrílico, de color mantequilla, para evitar que se transparenten los anuncios. Cuando haya secado la parte de arriba, pintamos el dorso del libro.
Ahora damos a las tapas unos toques de oro con pincel seco, consiguiendo en el exterior un aspecto de cuero noble y añejo.
Ahora viene el primer paso del envejecimiento. Ponemos una capa generosa del producto A del craquelador, dando las pinceladas en un solo sentido. Es importante recordarlo, porque el segundo paso, después de algunas horas, lo daremos en el sentido contrario.
Aplicamos el segundo producto, y al secar veremos la bella retícula de grietas que aparentan siglos de antigüedad. Para realzarlas, aplicaremos cera mezclada al baño María con unas gotas de betún de Judea, extendiendo el producto con un paño que no suelte pelusas.
Hemos pintado de color rojo inglés los filos de las hojas, y las tapas de un color algo más oscuro, para que imite al cuero viejo.
Por fin llegamos a la colocación de las bonitas imágenes que hemos elegido para nuestro códice medieval. Nuestra amiga Cgi aplica primero cola con el pincel en las hojas del libro, coloca la imagen y luego da tres manos de cola encima, dejando secar cada una.
Corresponde a nuestra amiga Cgi el honor de cerrar esta fantástica lección de magia librera. He aquí otro de sus maravillosos códices, un regalo que en Navidad hará las delicias del afortunado poseedor. Damos la enhorabuena a la artista, y corremos a buscar en el trastero la guía del año pasado.
La amable enseñanza de Cgi fue acogida con gran alborozo en el foro, y al momento aparecieron nuevos códices siguiendo el ejemplo de la ingeniosa medievalista. He aquí el que ha realizado nuestra amiga Alfapassion.
Para el envejecimiento con betún de Judea nos pondremos guantes de vinilo. Untamos la mezcla de cera y betún por todo el libro, retirando el exceso con un trapito limpio. Lo dejamos secar, y ya sólo nos queda dar unas capas de barniz, y colocar el cordón trenzado.
Para poner el cordón trenzado, hacemos un agujerito con la tijera en la parte superior, en las hojas pegadas, y lo fijamos con un punto de silicona caliente o cola blanca. ¡Nuestra maravillosa creación está lista para recibir un envoltorio lujoso, y ocupar el mejor sitio al pie del árbol!
Y nuestra amiga Chusasa también consiguió un resultado deslumbrante al primer intento. ¡Recordemos que estamos viendo una guía telefónica!