Como el marco es metálico, lo primero que hice fue darle imprimación.
Después, pinté tanto el marco como la esfera, dándoles un efecto envejecido, utilizando una base oscura y después pintura blanca bien desgastada con lija.
Una vez preparado el soporte, hice decoupage sobre él con una servi de Navidad muy bonita. Me encantan los pájaros, creo que ya lo habré dicho en alguna ocasión.
Rasgué la servilleta con los dedos; ya sabéis que de esta manera se integra mejor que recortándola, y la adherí con cola diluida.
La tuerca donde iban atornilladas las agujas me complicó bastante, porque al quedar ahí esa bolsa de aire, me costó mucho dejar el resto de la servi sin arrugas. Hasta ese momento no lo había pensado, y entonces me arrepentí de no haberla quitado.
El caso es que finalmente, aunque con bastante esfuerzo, conseguí dejar la servi bien lisita. Para esto es de gran ayuda pasar un plástico rígido después de aplicar cola de decoupage o barniz incoloro sobre ella.
Había dejado la tuerca con idea de aprovecharla para darle un poquito de profundidad al cuadro con ese relieve. Imprimí un pequeño sobrecito navideño y lo pegué en un trocito de cartulina del mismo tamaño.
Después, lo coloqué en el pico de uno de los pájaros, a modo de felicitación navideña. Un detalle simple para darle un toque especial al cuadro.
Por último, una cinta roja con motivos navideños enmarcando el interior.
Y éste es el resultado.
Está claro que absolutamente todo, incluso un reloj roto, se puede reciclar para crear algo bonito. Todo se merece una segunda oportunidad.
Con este reloj reciclado participo en el reto Me Gusta Reciclar especial Navidad de Facilísimo.