A Víctor lo hemos recibido en el circo, un lugar lleno de luz y color. Entre trapecistas y malabaristas, para que nunca pierda el equilibrio, y rodeado de payasos, para que nunca pare de reír… Pero animales no, ¡pobrecitos!, a esos los disfrutarás en libertad
¡Bienvenido a la gran función de tu vida, Víctor!
¡Os espero al otro lado!