Hoy os voy a enseñar lo que se podría llamar (perdonadme la expresión…) un “culo veo, culo quiero”.
Y es que, aunque diariamente tengo que hacer un ejercicio de contención increíble para no hacer todo lo que veo por la red y que me gustaría probar, de vez en cuando termino haciendo alguna de las cosas que me guardo “por si”. ¿Os suenan los “por si”? Decidme que no soy la única que va guardando recetas, tutoriales, material… por si acaso algún día hago esto o lo otro.
Pues uno de estos antojos ha sido lo que os voy a enseñar hoy. Dando una vueltecilla por Pinterest (la muerte para las ansiosas que queremos hacerlo todo…) descubrí unas zapatillas de crochet realizadas con trapillo que me encantaron. El hecho de que las que vi fuesen en color verde agua/turquesa imagino que contribuyó a esa “necesidad” de hacerlas, ya que, como os he comentado en varias ocasiones, siento debilidad por esos tonos.
Teniendo en cuenta, además, que tenía en casa varios ovillos de trapillo de esos que compré en un “por si”, pensando en haber hecho otro proyecto que nunca se hizo realidad, decidí que así iba dando salida al material que tengo acumulado y voy haciendo hueco para el que realmente vaya necesitando de aquí a un futuro cercano.
Y así es como resultaron las zapatillas para casa, ya con la mirada puesta en los días de frío, que estoy convencida de que, aunque ahora nos parezca algo lejano, no tardarán en llegar y no quiero que me pille desprevenida ;-):
¿Os han gustado? Son muy sencillas, pero para mi gusto quedan muy coquetas. Y como no podía ser de otra forma, las he hecho combinando dos tonos de verde agua/turquesa.
Y además, ha servido para que volviera a coger la aguja de crochet, que la tenía un tanto abandonada últimamente.
Prometo volver al orden y no dejar que pase tanto tiempo por aquí sin publicar.
Besos y hasta la próxima entrada.
Fuente: este post proviene de Día Tras Día, donde puedes consultar el contenido original.
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