Lo primero que debéis hacer es limpiar bien el objeto de cerámica para que así se adhiera correctamente la pintura. Con una esponja húmeda podéis hacer este primer paso, pero no debe estar muy mojada, ya que el agua puede hacer flexible de nuevo tu trabajo.
Después, elegid el diseño que queréis plasmar y llevadlo a la cerámica con papel tránsfer, elegid también la pintura y los colores adecuados para la ocasión, la pintura debe ser esmalte acrílico que podéis conseguir en cualquier tienda de pinturas. Lo habitual suele ser aplicar 2 o 3 capas para que se cubra toda la superficie, con una sola capa puede ser que no coja el color suficiente. Aquí tenéis otro ejemplo, este es un cuadro pintado por Dhasa.
Si nos resulta demasiado complicado pintar con pinceles pequeños, dibujar detalles diminutos o la superficie de nuestra obra es curva por ejemplo, podemos pintar también mediante la utilización de plantillas, que bien sujetaremos con la mano o con cinta adhesiva.
Sobre la cerámica podéis dar rienda suelta a vuestra imaginación, y usar diferentes técnicas. Por ejemplo, podéis con los pinceles lograr un efecto salpicadura moviendo las cerdas mojadas en pintura. Por último (este paso no es imprescindible), una vez seca la manualidad, podéis hornear la pieza a 150º durante media hora para que se fije bien la pintura
¿Qué más técnicas conocéis para pintar cerámica? ¿Se os ocurre alguna novedad?