Cada una de esas opciones tiene sus propias dificultades, pero a la hora de pintar flores, es muy importante tener siempre presente que lo que cuenta es ser capaz de darle un toque personal a tu trabajo. Así que presta atención a los siguientes consejos y no dudes en hacerlos tuyos si los encuentras de utilidad.
Cómo pintar flores paso a paso
Lo primero es empezar por preparar lo todo necesario para poder trabajar cómodamente. Concretamente, vamos a trabajar con los siguientes materiales: un lienzo o un buen papel de dibujo, pinceles de diferentes tamaños, una paleta, una buena gama de colores y un caballete o una mesa de trabajo limpia y despejada.
Una vez listos, empezaremos por rodear la flor de un contexto. Así, en la parte de abajo del lienzo o papel, pintaremos un poco de hierba a través de pinceladas cortas y ligeras, asegurándonos de ir dibujando las briznas en diferentes direcciones para dotarlas de un mayor realismo.
En cuanto al color, se pueden usar diferentes tonos de verde según el gusto, utilizando los tonos claros para las zonas donde incida la luz, y los más oscuros para aquellas en sombra. Además, este juego de tonalidades permite dotar al cuadro de una mayor textura y profundidad, por lo que la clave está en ir probando hasta encontrar el propio estilo.
Una vez terminemos con la hierba, pasaremos a dibujar los tallos. A tal fin pondremos un verde más oscuro en nuestra paleta e iremos aplicándolo en trazos ligeramente curvos que salgan desde la hierba.
Habrá que dibujar tantos tallos como flores queramos pintar posteriormente. Sobre el grosor, estos deben ser algo más gruesos que la hierba, pero no de manera exagerada, e igualmente sucede con su altura. Para un acabado más realista no hay que olvidar pintar las hojas y las espinas.
En este punto ya estamos en disposición de empezar a pintar las flores. Para ello iniciaremos el trabajo desde el centro de las mismas, y utilizando algún tono oscuro, arcilla o tierra, dibujaremos un óvalo de aproximadamente un centímetro de diámetro sobre el tallo de la flor. A partir de este punto se irán añadiendo los pétalos.
El color de los pétalos es una elección personal, pudiendo ser de un tono único o una original mezcla de colores, lo realmente importante es el diseño de su forma.
Para los pintores novatos es recomendable probar a dibujar unos cuantos pétalos en un trozo de papel antes de pintar, para así definir mejor la forma que se les quiera dar. En cualquier caso, una forma sencilla de dibujar los pétalos es ir haciendo pequeños trazos curvos que tengan su origen en el centro de la flor y que se vayan superponiendo unos sobre otros hasta completar el dibujo.
Un último paso para dotar de mayor definición a las flores es pintar de blanco o negro el borde los pétalos, algo completamente opcional y que no ha todo el mundo gusta, pero que crea un bonito efecto que resulta muy llamativo.
Sobre cómo pintar flores con maestría, no es tan importante una determinada técnica como que practiquéis mucho, ya que, si bien puede haber maneras distintas de hacerlo, los grandes resultados sólo se logran a base de perfeccionar los pequeños detalles del estilo que hayas escogido.
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