Vamos a hacer un mantel redondo.
Veamos para hacer un mantel redondo que se necesitamos:
Cinta métrica, hilo a tono, máquina de coser, plancha, alfileres, aguja, cordón, lápiz y tijeras.
Dificultad.
1) El diámetro de la mesa es la principal referencia;
Para saber qué cantidad de tela necesita, mida el diámetro de la mesa, añada dos veces el trozo que va a colgar y sume un par de centímetros más para el dobladillo.
2) Quizás precise unir varios anchos para un mantel circular;
Los manteles circulares precisan de mucha tela. Si necesita unir varios anchos, recuerde que no deben coserse por el centro porque quedaría una antiestética costura. Centre en la mesa un ancho completo y haga el resto con otras piezas de tela.
Cósala y planche las costuras abiertas del revés.
3) Ahora deberá marcar el punto central del mantel, doble la tela alineado las costuras.
Mida el centro del ancho de la tela y clave en ese punto un alfiler. Mida el radio que desea. Corte un trozo de cordón a la medida del radio y átele un lápiz en el extremo.
Sujétele el cordón con un alfiler en el punto central, dejando que el lápiz caiga sobre la tela.
4) Con el lápiz sujeto, trace la mitad de una circunferencia; corte el semicírculo y despliegue la tela.
Tiene como resultado una circunferencia de tela con la medida que usted ha determinado para su mantel.
¡Mantenga el cordón bien tirante. Si se afloja el círculo del mantel se deformará!
5) Prepare el dobladillo, practicando ligeros cortes;
Para conseguir el dobladillo redondeado, corte pequeñas muescas en forma de V en el borde del mantel, con unos 2,5 cm. de distancia entre ellas y con una profundidad de unos 10 mm.
6) Cosa y complete con adornos al gusto;
Haga un doblez de unos 18 mm. y cosa el borde con un ribete.
A partir de ahora, ponga en juego su imaginación: si quiere puede decorar el mantel circular con un volado, un galón, unas borlas, unos flecos…
Una idea y una apuesta al individual.
Una alternativa a los manteles tradicionales, ya sean redondos o cuadrados, son los manteles individuales, unas sencillas piezas de tela rectangulares lo suficientemente grandes para contener un plato, cubiertos y vasos.
También existen los denominados “caminos”, que son telas largas y estrechas pensadas para dos personas situadas frente a frente y que se colocan transversalmente a la mesa. Esta alternativa viste muchísimo y aporta elegancia.