Vamos a hacer una manualidad de verano súper fácil, y además siguiendo una de las tendencias decorativas de las últimas temporadas. ¡la sandía! Os vamos a contar cómo hacer un cuenco fácil con arcilla de secado al aire, y cómo pintarla para que parezca una pieza de cerámica esmaltada.
Porque no nos digáis que al ver la foto no os ha parecido un plato o un cuenco de cerámica, ¿a que sí? Y os va a sorprender lo fácil de hacer que es: con la misma técnica podéis hacer platos o cuencos de diferentes tamaños y formas. Vamos a usar arcilla de modelar de secado al aire, es decir de las que no necesitan horno. Una marca muy conocida es la Das, pero hay otras, la que os guste más.
Cómo hacer un cuenco en arcilla de secado al aire
Materiales
- Pasta de modelar de secado al aire blanca- Un plato hondo, bol, cuenco, lo que quieras usar como molde
- Acuarelas
- Barniz para proteger. Yo he usado un barniz brillante al agua de los que se venden en las artísticas porque quería un efecto cerámica.
- Pinceles
- Lija fina
- Cuchillo
- Rodillo
- Un poco de aceite para evitar que la pasta se pegue al molde
Paso a paso
Estiramos la masa a un espesor de entre 5 y 8 mm.Colocamos el bol o plato encima de la masa, boca abajo, y con un cuchillo cortamos todo alrededor, y retiramos el excedente de masa. Cogemos el círculo que hemos cortado y lo ponemos dentro del bol o plato, que habremos aceitado previamente, presionando con los dedos desde el centro hacia afuera para eliminar el aire y que coja bien la forma. Dejamos secar de un día para el otro.
Cuando nuestro cuenco esté seco, lo desmoldamos y lo lijamos para dejarlo lo más liso posible, sobre todo en los bordes. Retiramos el polvo con un paño apenas húmedo.
Para imitar el efecto cerámica hemos usado acuarelas, que nos dan el efecto similar a las pinturas que se usan para la cerámica esmaltada. Os aconsejamos dar varias manos de color bien diluido, de este modo vamos a acentuar el bonito efecto de las transparencias que nos da la acuarela. Entonces vamos a diluir en un plato una mezcla de color rojo y fucsia para obtener el color de la sandía, y con un pincel chato y suave vamos pintando en círculos, desde el centro hacia afuera, dejando un borde blanco. La última vuelta, la más externa, la esfumamos con pinceladas de agua limpia. Dejamos secar unos minutos y vamos repitiendo la operación, capa sobre capa de color diluido, hasta obtener la intensidad deseada. Del mismo modo pintamos el borde verde.
Cuando el color se haya secado, con un pincel de punta pintamos las semillas, usando acuarela negra, esta vez sin diluirla tanto. Cuando esté todo bien seco, barnizamos para dar el brillo típico de la cerámica. El barniz tiene que ser al agua, yo usado los que se venden para decoupage.
¿Os ha gustado? Si os gustan los cuencos decorativos, no os perdáis nuestro tutorial de cuenco de Hama Beads, os sorprenderéis!