En una fiesta tenemos muchos elementos en los que los colores pueden ser los protagonistas: todo lo que incluye los descartables, servilletas, velas de la torta si se trata de un cumpleaños, y sobre todo: la mesa dulce, que puede resultar muy vistosa si tenemos en cuenta algunos detalles.
En este caso que les compartimos, se trataba de un cumpleaños de 20, en el que los elegidos fueron el rojo y el celeste/turquesa.
Muffins con pirotines rojos y azules, con una cobertura de crema de leche batida teñida con colorante azul, dispuestos sobre una bandeja blanca (a la que se le cambia la cinta de color según la ocasión)
Cookies con glacé de limón y decoradas con gel de azúcar en los mismos colores
Oreos bañadas en chocolate blanco con formitas de azúcar coloridas, presentadas en frascos de vidrio con borde de cinta celeste (también reemplazable por el color que se precise cada vez)
Por último, gomitas masticables rojas obviamente y servilletas de ambos colores.
Como vimos, son cosas simples y no se necesita más que las cosas que siempre forman parte de una fiesta y una paleta de colores para que aquellas cosas dejen de verse como dispersas sobre la mesa o el espacio del evento, y empiecen a ser registradas como un conjunto. Como sabemos, todo entra primero por los ojos y nuestra mente trabaja por medio de asociaciones, así que ésta es una forma sencilla de captar la vista y enriquecer el recuerdo de nuestro evento además de haberle dado una identidad, que lo hará especial y lo distinguirá de otros que organicemos.