Aquí están mis dos primeros collares realizados con cartón corrugado. La elaboración de las cuentas ha sido sencilla, después de endurecerlas con cola transparente, he decidido pintarlas con pinturas acrílicas para reavivar los colores. El cordón ha sido más laborioso, el alambre forrado con papel, me parecía demasiado rígido y el cordón de rafia que tenía por casa, demasiado ligero. Tras varios intentos, he encontrado la textura idónea impregnando la rafia con cola blanca mezclada con barniz. Lo he dejado secar, bien estirado.
Pensándolo bien, utilizaré tanto el alambre forrado de papel como la rafia encolada y barnizada. El primero queda muy bien en collares tipo gargantillas y el segundo, en collares largos y con varias vueltas.