Entre cojines y almohadas se comparten secretos...
Las almohadas no son sólo para dormir o reposar. Suelen ser el sostén de nuestra imaginación, de un tiempo de divagaciones y de ensueños. Sobre la almohada nace a veces el poema, surge la idea práctica o nos invade la nostalgia.
Un mullido cojín puede aliviar un pesar, reconfortar, evocar recuerdos amables o ser el depósito del llanto.“Pon una hoja tierna de la luna debajo de tu almohada y mirarás lo que quieras ver”. (Poesía, 288) Sabines
http://www.destiempos.com/n18/mrivera.htm
“La abeja laboriosa no tiene tiempo para la tristeza”.
William Blake
“De la más fragante rosa nació la abeja más bella,
a quien el limpio rocío dio purísima materia”.
Juana Inés de la Cruz
Oda a la abejaEntra y sale del carmín, del azul,
del amarillo, de la más suave
suavidad del mundo:
entra en una corola
precipitadamente, por negocios,
sale con traje de oro
y cantidad de botas amarillas.
Perfecta desde la cintura,
el abdomen rayado
por barrotes oscuros,
la cabecita siempre preocupada
y las alas recién hechas de agua:
entra por todas las ventanas olorosas,
abre las puertas de la seda,
penetra por los tálamos
del amor más fragante,
tropieza con una gota de rocío
como con un diamante
y de todas las casas que visita
saca miel misteriosa,
rica y pesada miel, espeso aroma,
líquida luz que cae en goterones
hasta que a su palacio colectivo regresa
y en las góticas almenas
deposita el producto de la flor y del vuelo,
el sol nupcial seráfico y secreto!
Pablo Neruda