Al igual que a nuestros alumnos de clases de pintura en Madrid, te invitamos a que observes cuidadosamente la lejanía en ella plasmada: advierte la dilución de detalles y lo poco concreto de sus perfiles por efecto de la distancia. Podría llegarse al extremo de no ver nada, que los cuerpos del fondo se perdieran decididamente, no obstante estar detrás, allá en la lejanía. La explicación sería más sencilla.
Simplemente, que la luz reflejada por la gran masa de aire sería superior a la luz reflejada por el objeto. Claro está que. según estamos viendo las cosas, siempre decimos “luz entre el observador y el citado objeto”, o lo que es lo mismo, consideramos una sola dirección de la luz.
Veamos respecto a la dirección de la luz. lo que conviene tener en cuenta y sus efectos. Aceptemos de nuevo el ejemplo anterior, en que nada veríamos por ser mayor la luz intercalada que la reflejada por el objeto: supongamos ahora una variación en la dirección de los rayos luminosos y que éstos se sitúan detrás del objeto.
Como por arte de magia, volvería a hacerse visible, sin detalle de ninguna especie, sólo la masa oscura de su volumen, pero nítidamente dibujado por una sola razón: la proyección de su sombra hacia nosotros.
¿Cuánta más sombra arrojaría? Cuanto más bajo estuviera el foco luminoso por detrás del objeto. Este efecto de ser iluminada una masa cualquiera por su parte posterior, recibe el nombre de claroscuro y así se lo enseñamos a nuestros alumnos de clases de pintura en Madrid.
Grandes obras maestras de la pintura de todos los tiempos se valieron de él, y quien dice del claroscuro, dice de cualquier otra manera de incidir la luz.
Así es de importante la consideración del tema. Recuerda siempre que la dirección de la luz desempeña un destacado papel en todo trabajo que haya que realizar. Estaremos encantados de explicártelo personalmente en nuestras clases de pintura en Madrid.
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