Me hubiera gustado poder conservar los restos de papel que lo cubrían,pero me fue imposible.
Justamente ese papel fue lo que me hizo traerlo conmigo,porque aunque estaba firme,la madera era y sigue siendo muy rústica y áspera.
Pero como a esta altura ya no hay cajón viejito que se me resista(ni al cual yo me rinda) me decidí a darle una nueva vida.
La madera como te decía es bastante rústica, como corresponde a un cajón de frutas,tuve que lijar bastante para no cortarme con las astillas cada vez que lo agarraba.
Creo que eso y la limpieza fue lo más difícil que tuve que hacer para dejarlo lindo y útil.
Volví al viejo y querido decoupage,la servilleta que compré hace meses esperaba dar con el proyecto ideal y creo que éste lo fue.
Lleno de imperfecciones y marcas de uso y vejez,así me gustan, así quedó.
Un poco más lindo y bastante más útil.
Así me gustan los objetos,imperfectos,casi andrajosos.
Podría haber pagado un poco más por uno nuevo,pero uno nuevo no me contaría ninguna historia.
Éste me cuenta manos que lo hicieron,manos que lo cargaron y hasta manos que cultivaron.
Leo lo que puse arriba y pienso;menos mal que vos me conocés y que sos como yo!
Por que cualquiera no entendería como es que pienso en manos cultivando cuando pinto un cajón viejo...
Mi sicóloga dice que yo construyo,no se si será tan así,yo creo que solo reinterpreto lo que otro hizo.
¡Hasta la próxima!