Desde septiembre, a poquitos a poquitos empece a tejer a dos agujas una bufanda. Pero tal y como os comente hace tiempo, soy de esas personas que me gusta hacer cosas, pero que cundan, es decir, si empiezo hoy una labor, como mucho puedo terminarlo mañana o pasado. Por lo que como os podéis imaginar, tantas noches tejiendo no era para mi, por lo que le medí el cuello a mi príncipe y decidí hacer una "braga o buff".
El rectángulo de punto estaba terminado, pero me di cuenta, que a poco que pique......la nana pica y mas siendo para un niño. Así que tenia que buscar una solución. Le puse forro. Pero no un forro cualquiera, no. Le puse tela de pirineo (calentita, calentita).
Bueno, pues por mi poca paciencia, al ir a coser para dejar la braga cerrada, primero y menos pal, se me ocurrió hilvanar para ver si le entraría por la cabeza (que todo sea dicho de paso, tiene la cabeza grandota como yo), y me di cuenta que para el cuello esta bien de medida, pero para la cabeza.....vamos, un desastre.
Pues como podéis ver en la foto de arriba, tuve que buscar otra solución. Sin coser, puse unos botones y unas gomas como ojales.
Como veis, casi nunca me salen las cosas a la primera, pero bueno, siempre con una buen pensamiento, se encuentra una buena solución.
Mi príncipe esta contentísimo, guapísimo y calentito.
Creo que la próxima vez que quiera hacer una bufanda voy a comprar un telar redondo como ESTE, que tiene Esther de Creame y mas.
Hasta la próxima entrada nubecillas!!!