Eso me dijo mi marido cuando le conté que quería hacer un blog sobre DIY. Y para qué engañarnos, antes de ser moderna yo tampoco sabía qué significaban estas siglas.
DIY, o Do It Yourself (hágalo usted mismo) es el acrónimo utilizado para referirnos a un sinfín de manualidades, desde ropa hecha a mano hasta mesas fabricadas con palés, pasando por todo tipo de utensilios, joyas y objetos para organizar y decorar nuestro hogar.
Quien más y quien menos, todos hemos sucumbido al DIY en algún momento de nuestras vidas: hemos forrado carpetas con fotos de revistas, hemos hecho caretas, antifaces y disfraces con cuatro cartulinas y retales, hemos diseñado ropa para nuestros muñecos, o hemos construido un fortín con palos y ramas. Aquí reside el germen del DIY: en utilizar la imaginación para, reciclando materiales que tengamos a mano o buscando recursos de bajo coste (¡Ups! ¡Perdón! Low-cost), materializar aquello que nos ronda por la cabeza, pasar un buen rato y conseguir finalmente productos únicos.
¿Cuál es el problema? Hablemos claro: tiempo y dinero. Ya no tenemos tres meses en verano para dedicarnos a hacer manualidades, ni tampoco podemos gastarnos dinero en herramientas que utilizaremos una o dos veces, por espectaculares que puedan ser los resultados. Además, si lo pensamos friamente, nadie puede competir con el gigante asiático, y en muchas ocasiones lo DIY sale más caro que adquirir directamente el producto en una tienda multiprecio o en cualquier franquicia de moda. Y por si fuera poco, a medida que nos hacemos adultos, nuestro nivel de exigencia en cuanto al resultado es inversamente proporcional a nuestra pericia y nuestra paciencia. Reconozcámoslo: somos torpes. O mejor dicho, queremos resultados rápidos y bonitos, pero no podemos invertir semanas o meses en aprender las técnicas que necesitaríamos para llegar al objetivo deseado y poder lucir con orgullo nuestras creaciones.
Pues bien, este blog pretende satisfacer las necesidades de gente que, como yo, quiere recuperar esa imaginación y creatividad de nuestra infancia y volver al DIY (o "manualidades 2.0"), y que además, quiere que sea de forma rápida, barata y fácil. ¡Y bonita, por supuesto!
Espero que paséis un buen rato en mi blog y que los tutoriales os sean útiles. No dudéis en escribirme si tenéis cualquier problema o sugerencia, y estaré encantada de ver vuestros resultados.
Bueno, sin más preámbulo... ¡manos a la obra!
Fuente: este post proviene de DIY What?, donde puedes consultar el contenido original.
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