Behind the scenes

Como hoy es mi cumpleaños me voy a permitir un post muy poco común, porque este blog que tiene tanto de mí, casi nunca tiene una foto mía, tiene miles de fotos de mis manos, mis cosas, hasta mis hijas que ya se han acostumbrado a nuestras "sesiones" para mostrar al mundo lo que hacemos en esta casa :-). Pero salir yo es mucho más difícil que contaros lo que hago, una se da cuenta de qué cumple años porque quiere dejar de salir en las fotos, es así, si tenéis amigos adolescentes en Facebook veréis que no hay día en que no suban un par de fotos en el espejo del baño con morritos, nosotras, las de cuarenta, ya no nos hacemos fotos en el baño a no ser que tenga unos azulejos hidráulicos preciosos :-), y lo de poner morritos es impensable, que ya nos llegan con las arrugas naturales, para qué forzar más :-).

Así que una deja de salir en las fotos, y entonces llega alguien lleno de generosidad como Eva Gascón y me regala una sesión, y todo cambia, porque no nos engañemos, tu marido no te sacará bien, pero un profesional sabrá sacar lo mejor de tí. Abrir un blog abre puertas, hace que conozcas gente que de otro modo no llegaría a tu vida, sé que no puede ser más tópico, pero es así y conocer a personas como Eva al llegar nueva a una ciudad es un auténtico regalo.
Nos entendimos tan bien que cuando pensamos en un lugar dónde hacer las fotos, las dos tuvimos el mismo en la cabeza: Matadero :-). Ella dice que vio mi blog y fue lo primero que se le vino a la cabeza y lo curioso es que para mí ha sido uno de esos lugares que haces tuyo sin apenas darte cuenta. Es muy especial por muchas cosas, todavía recuerdo lo mucho que me impresionó la primera vez que fui, pero es que ya hemos pasado tantas mañanas leyendo en los sillones de la biblioteca, asistiendo a exposiciones o ferias, desayunando en la cafetería teatro, mis hijas han ido a tantos talleres, que sin duda es uno de nuestros sitios de Madrid.

Y allí nos fuimos una mañana soleadísima de septiembre Eva y yo a hacer fotos y desayunar, y precisamente por eso, porque nos entendimos tan bien estoy tan contenta con estas fotos, donde soy yo, con más de 40, con mis arrugas, con mis washis, con las chuches por toda la mesa, con mi pulsera tan bonita que me regaló mi amiga Ana, en esa mesa estupenda de madera, en el chester donde hemos tomado café mil veces...


Hacer una sesión de fotos no es algo que uno se plantee habitualmente y es una pena, porque parar el tiempo un momento y dejar que otros te vean desde fuera es un gran regalo, es algo que todos deberíamos permitirnos alguna vez. Y sí, ya sé que las madres acabamos poniendo nuestros "caprichos" al final del cajón, después de los de los niños, la casa, la familia, pero aunque sea una sesión familiar, de verdad que merece la pena y si estáis en Madrid, no dejéis de visitar la web de Eva, que hace maravillas con su cámara. Estas fotos son mi primer regalo de este año, Eva, ahora nos toca tomarnos la tarta, mil gracias de verdad.