Por eso, cuando veo que hay gente que me busca para dejar en mis manos (nunca mejor dicho) trabajos que van a formar parte de sus vidas, la alegría y el miedo salen a la luz. Alegría, por saber que otros depositan su confianza en mí; y miedo, por pensar en la posibilidad de no estar a la altura.
En este caso, fue una amiga la que decidió encomendarme la tarea de adornar unas cajitas para unas galletas que estaba preparando para el bautizo de su sobrinita. Como no quise quitarles protagonismo a las galletitas, que por cierto, tenían forma de unos preciosos carritos de bebé, pensé en hacer unas etiquetas sencillitas a juego con las cajas.
Creo que lo mejor que puedo hacer es enseñároslas, aunque os aviso de que las fotos no son todo lo buenas que me habría gustado, debido al poco tiempo que tuve para prepararlo todo. Espero que os gusten.
Y esta es la foto que me mandó mi amiga de las cajitas terminadas, con sus etiquetas y, por supuesto, con la galletita en su interior.
Y hasta aquí mi post de hoy. Gracias por la vistita y por vuestros comentarios.