Tan sólo necesitamos:
Sal fina: la más barata que encuentres.
Rascador: por ejemplo un quita callos de los veinte duros.
Tizas de colores.
Un embudo: un cucurucho de papel servirá.
Recipientes para colocar la sal: en mi caso he utilizado cáscaras de coco.
Una cucharita para mezclar la sal y la tiza.
Botella o similar dónde guardar el resultado obtenido.
Lo primero que hay que hacer es colocar la sal en una cáscara de coco o culaquier otro recipiente que veas adecuado:
Luego coges el rascador y empiezas a rallar la tiza del color elegido. En mi caso ha sido la azul. Verás cómo el polvo de la tiza va cubriendo la sal, como en el dibujo:
Con la cucharita, remueve de vez en cuando para que se mezcle todo bien. La sal se ira tiñendo de esta manera de azul y así conseguirás la famosa arena de colores de forma muy barata.
Haz la que necesites. Cuando acabes, guárdala en una botella empleando el embudo de papel:
¡Eso es todo!
Puedes hacer de cualquier color si tienes la tiza adecuada. Otros ejemplos que he hecho son los siguientes:
Con la arena de color puedes hacer manualidades. Yo he hecho botellas de adorno de arena. Algunos ejemplos:
Son muy sencillas de hacer. Tan sólo has de llenar la botella con diferentes arenas de colores, haciendo las combinaciones que quieras y con la ayuda del embudo de papel.
Es una manualidad que entretiene a los más pequeños y es adecuada para niños y niñas a partir de 7 años.
Os dejo un enlace a un vídeo que es una maravilla, para que sepáis lo que son capaces de hacer los verdaderos profesionales:
https://www.youtube.com/watch?v=PDohBBTo8dc
¡Espero que os haya gustado!