Para hacer nuestra bandeja de flores también podemos naturalmente protegerlas eficazmente dándoles una capa de barniz, igual que hacen los pintores con sus cuadros al óleo. La técnica nos servirá en muchos adornos de manualidades, permitiéndonos utilizar bases tan endebles como el papel, sin peligro de deterioro. Veamos la tarea paso a paso.
La bandeja a la que haremos el ‘lifting’. El uso continuo ha causado visibles estragos en el adorno en decoupage, y queremos devolver a la bandeja de flores su lozanía, procurando que el nuevo adorno sea también duradero.
Los materiales que utilizaremos en nuestra sesión de estilismo: cola blanca, un producto especial porcelanizador y barniz de manualidades. Aprovecharemos un resto de tela, que sobró de la confección de unas cortinas.
Hemos escogido un estampado de diseño muy parecido al de la bandeja original. Comenzamos la tarea midiendo sobre el cuadrado interior el elegante motivo de flores. Para facilitar la tarea, podemos hacer previamente un patrón en papel traslúcido, que después trasladaremos al tejido.
Cortamos la tela cubriendo la parte lisa interior de la bandeja. Es cómodo terminar el ajuste con el cúter y la regla de metal.
Vertemos cola blanca y la extendemos bien por toda la superficie plana de la bandeja.
Colocamos el trozo de tela y lo estiramos cuidadosamente para que no forme pliegues. Un pequeño rodillo de aplanar resulta muy práctico en estos montajes. Ponemos la bandeja durante unas horas en un lugar cálido y ventilado, para que la cola haya secado antes de abordar el siguiente proceso.
Mezclamos un producto especial porcelanizador con agua y cola blanca. Es la primera fase de la imprimación protectora, que aislará la tela de los agentes exteriores.
A continuación aplicamos con el pincel cuidadosamente la mezcla por toda la superficie del tejido, de manera uniforme.
Dejamos secar un rato, y llegamos a la fase final, el barniz, que junto con la capa base formará un ‘estrato’ duro y transparente como un fino cristal, resguardando nuestro alegre diseño florido a salvo de los constantes roces causados por la vajilla y los cubiertos.
En pocas horas habrá secado el barniz, y ya tendremos listo el trabajo. Esa misma noche podremos utilizar nuestra flamante bandeja de primavera, sin riesgo de manchas cuando pongamos encima vasos con bebidas. Después de usarla, la limpiaremos fácilmente con un paño húmedo.