El carboncillo se obtiene quemando ramas pequeñas de madera provenientes de la viña o el sauce por lo general. En el S.XVI en el que se empezaron a usar sustancias fijadoras y se hizo común el empleo de el carboncillo sobre papeles blancos y azulados.
Para dibujar con carboncillo, puedes trabajar sobre diferentes soportes, aunque los más comunes son el papel, el lienzo o la tabla preparada. Es un buen aliado para hacer técnicas mixtas con tinta china y con grafito, pero esto lo trataremos en otro artículo. Nuestra recomendación es que para empezar a dibujar con carboncillo, emplees en principio como soporte un buen papel INGRES blanco. Recuerda también que la cara del papel por la que debes dibujar es aquella por la que leas correctamente la marca de agua.
Selecciona un modelo bien contrastado, bien sea del natural o de una fotografía. Con esta técnica vas a conseguir sacar muchísimos matices de grises, por eso es interesante que tu modelo tenga luces, sombras y un montón de medios tonos.
Lo primero que vamos a hacer va a ser dibujar con carboncillo el encajado, es decir, las líneas básicas de tu dibujo. Hay carboncillos de diferentes grosores, te recomendamos que en esta primera etapa, uses uno fino y traces sin marcar mucho en el papel. El carboncillo se borra algo peor que el grafito, y para esto deberás usar una goma moldeable de color gris.
Una vez encajado, los alumnos que asisten con nosotros a clases de pintura en Madrid, abordan una segunda fase, la de la mancha. Para esta etapa te harán falta carboncillos de diferentes grosores, una esponja suave y una gamuza (piel de gamo) o un trozo de fieltro. Cubriremos bien nuestro dibujo a base de carboncillo y frotaremos con nuestra esponja. de tal modo que moveremos el carboncillo sobre el papel. A continuación entre la goma y el fieltro iremos levantando zonas sacando diferentes grises. Y vuelta a lo mismo para ir matizando cada vez más.
Ayudándote de difuminos y tu gamuza seguirás sacando detalles y con la goma luces, aunque nunca conseguirás a base de goma llegar a los blancos de nuevo.
Para dibujar con carboncillo, debes hacerte también con un buen fijador de carbonilla o en su defecto con laca del pelo. Piensa que has aplicado la carbonilla sobre el papel, pero, hasta este momento no está fija, no hemos aplicado ningún aglutinante para que se adhiera al papel. Haremos ahora la primera fijación. Dispersaremos a una distancia prudencial el fijador, varias veces, dejando secar bien entre capa y capa.
Una vez fijado, vamos a meter las sombras más profundas, a base de una barra conté negra. Lo vamos a aplicar pera ya sin frotar, rozando levemente sobre el papel y difuminándolo aplicando menos presión en las zonas donde así lo queramos. Volvemos a fijar.
Estamos terminando nuestro dibujo, vamos a meter las luces con una barra conté blanca y lo aplicaremos exactamente igual que hicimos con el negro, marcando las zonas de luz.
Sólo nos falta fijar y fijar hasta la saciedad, en diferentes capas, dejando secar entre una y otra. Lo ideal es que cuando hayas terminado de dibujar con carboncillo y de fijar puedas pasar tu mano por encima del papel, y la palma te quede limpia, ahí estará tu dibujo perfectamente fijado y listo.
Esperamos que hayas aprendido algo nuevo con estos diez consejos para dibujar con carboncillo. Estaremos encantado de recibirte siempre en nuestras clases de pintura en Madrid.
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