Sin embargo, el mimbre de antaño sigue decorando los exteriores de muchas viviendas, que continúan siendo fieles al extraordinario frescor de esta materia prima durante los meses más calurosos. Asimismo, otro punto a favor del mimbre es su conocida ligereza, un aspecto que facilita su traslado de un sitio a otro del jardín.
La sensibilidad de las uniones a veces provoca roturas y el buen estado de los muebles de mimbre puede verse alterado. Cuando observes desperfectos en alguna de tus sillas de exterior, no la des por perdida. La solución te la proponemos a continuación.
Limpiar a fondo
Lo que debes hacer en primer lugar es limpiar a conciencia todo el polvo, las astillas y los restos de grasa que tenga la silla. Esta tarea te resultará más fácil si utilizas un cepillo de púas de raíz y un poco de tierra abrasiva. Ambos productos son fácilmente localizables en cualquier droguería.Hay que procurar extraer toda la suciedad acumulada, especialmente en las zonas más entrelazadas de la estructura. Después, deberás aclarar muy bien, a ser posible con ayuda de una manguera.
Reparar desperfectos
Una vez que esté completamente seco el mimbre de la pieza, el siguiente paso es restaurar las partes que se hayan soltado o que presenten astillas a punto de quebrarse. Para llevar a cabo con éxito esta misión, te resultará muy útil una pequeña pistola de silicona o, si la reparación es mínima, un tubo de pegamento universal. Por supuesto, antes de continuar, debes dejarlo secar durante unas horas al aire libre.No olvides revisar las patas y demás elementos de la silla: tienes que asegurarte de que se encuentran en perfecto estado antes de continuar. Si no es así, quizá sea preciso consolidar la estructura con ayuda de unas escuadras especialmente diseñadas para reparar este tipo de mobiliario.
Pintar y proteger
Es posible que la silla de mimbre, una vez reparada, tampoco ofrezca muy buen aspecto. En este caso puedes pintarla y, de este modo, ocultar con una nueva capa los cambios que haya podido sufrir su color original debido a la acción del sol.Elige el color que deseas utilizar. En cualquier tienda especializada encontrarás pintura en spray para aplicarla sobre la silla cómodamente. Comienza a pulverizar con ráfagas cortas y a una cierta distancia. Presta especial atención a las partes interiores, éstas también deben quedar perfectamente pintadas. Para proteger todavía más el mimbre de las inclemencias, conviene aplicar un barniz incoloro apropiado para exteriores. De esta manera, la pintura no se agrietará a causa del sol, los cambios bruscos de temperatura o la lluvia, y será más fácil de limpiar. Para conservar la silla en buen estado, es aconsejable limpiarla y barnizarla cada temporada.
Cuidar muebles de fibras naturales
Otras fibras naturales como el ratán, la caña o el bambú resisten mal la intemperie. Por lo tanto, necesitan más cuidados que los muebles de materiales sintéticos. Es mejor que los coloques debajo de un techo, tanto de día como de noche, y que sigas estos consejos:Cuando los limpies, hazlo con un paño húmedo o una brocha, quitándoles bien el polvo y la suciedad. Puedes aplicarles aceite vegetal con cierta frecuencia con el fin de que no se resequen. Si están barnizados o pintados, lo mejor es que les des una mano de pintura o barniz cuando vayan perdiendo la protección, sobre todo al principio y al final de la temporada.