Se trata de un trabajo muy sencillo que podéis realizar con vuestros niños, puede servir de adorno o como complemento ideal para un disfraz oriental. Los materiales (baratos y sencillos) son: una cartulina de color, una cinta de tela, pegamento, tijeras y algún elemento decorativo pequeño como purpurina o alguna gema o cristal de plástico.
Primero cortamos la cartulina de forma rectangular, y en uno de los laterales (de mayor tamaño) pegamos la cinta de tela, que puede ser de cualquier color o con bordados, nos servirá cualquier resto de algún trabajo que tengamos por casa.
Luego dobla la cartulina en forma de abanico o acordeón, es decir, hacia un lado y hacia el otro con unos dos o tres centímetros entre cada doblez. En la parte contraria a la que hemos pegado la cinta de tela, juntaremos los pliegues y los pegaremos con pegamento (mejor líquido) para formar el mango. Si nos ha sobrado un poco de tela, también podéis enrollarla y pegarla para decorar esta parte que sirve para agarrar.
Ya solo nos falta añadir un poco de decoración. Para la purpurina, pon pegamento en los pliegues y añade la purpurina por encima, después de esperar un rato soplad para eliminar aquella que no se haya pegado. Solo queda pegar una gema de plástico el mango para que sea un auténtico abanico oriental. Si por el contrario, no queréis añadir nada, antes de hacer los pliegues se pueden pintar sobre la cartulina distintos dibujos típicos como letras chinas o cerezos en flor.