Después de tanto tiempo, he vuelto, sí y, espero, a un ritmo normal. Como veis en el título, Luca llegó y todo mi mundo cambió, tan pequeño y tan bonito, me tiene conquistada con sus sonrisas, como su hermana desde que nació.
Mis tesoros recién nacidos
Ahora mismo, ya tiene 4 meses, ha sido una experiencia totalmente distinta a cuando nació Mia, son la noche y el día, él es tranquilo y ella un terremoto, pero juntos, son lo más maravilloso que tengo y a ellos les encanta estar juntos, más de una vez los he pillado, a los dos dormidos, cabeza con cabeza, o cuando están viendo la tele, ella se sienta al lado de la hamaca de él, porque él la llama, y se dan la mano, es recíproco, ella está siempre pendiente de él en la misma medida que él de ella.
Con él, rompí aguas por la noche, y nació a medio día, tardando muchísimo en empezarme las contracciones, tanto, que a la matrona, que salía de turno, antes de irse, me puso la oxitocina. Con ella, rompí aguas muy temprano por la mañana, y esperó hasta la noche para nacer, y con contracciones desde el mediodía, más o menos. Ella tardó muchísimo en nacer y él vino rapidísimo.
He de decir que, aunque en los dos partos hubo negligencias y complicaciones, que prefiero olvidar porque salió todo bien, no las recuerdo como tales, no recuerdo, aún sabiendo que lo pasé, los dolores ni el sufrimiento, se ha desvanecido de mi memoria esa sensación, y sólo recuerdo sus cuerpecitos encima de mi y sus ojos mirándome, esas caritas y cuerpos perfectos que son parte de mi, que llevé 9 meses en mi vientre y de los que no me quiero separar en la vida, aunque creo que ese sentimiento, las que sois madres, lo entenderéis.
Después de esta chapada, os digo que no he estado parada, y que, muy pronto, osase, ya mismo, empezaré a publicar todo lo que he estado haciendo y muchas cosas que os debía, que no se me ha olvidado.
Bueno mundo, volvemos a la normalidad, besitos y ... nos vemos en la blogosfera.