Probablemente descoser la capucha y volver a ponerla hubiera sido la solución más rápida. Pero me empeñé en no descoserla, y al final resultó que el inicio de la cremallera, con tantas capas de tela gruesa, no cabía bajo el prensatelas (ni forzando, oye).
Así que la cosí a mano. Para colmo se me estiró la sudadera y quedó algo ondulada, y más larga de un lado que del otro. Un horror, vaya.
Nadie de mi entorno se ha percatado de los fallos, lo que demuestra que tampoco se notan tanto (si no te fijas mucho). Sin embargo no estoy nada orgullosa del resultado! Seguro que la próxima me quedará mejor... de los errores se aprende!