La Navidad es una ocasión muy especial para realizar los mismos adornos que dan a la casa el toque hogareño y acogedor propio de esas fechas. Como los niños están de vacaciones y a menudo hace mal tiempo, todos conocemos los temibles efectos de su briosa inquietud cuando llevan días y días encerrados sin salir. Es muy gratificante realizar con ellos manualidades como este centro navideño, y además la concentración requerida en tales trabajos obra un efecto sedante en las agitadas cabecitas infantiles.
Aquí tenemos todos los materiales y herramientas que necesitamos: acuarelas acrílicas, pinceles, pistola de silicona, flores secas, un marco de marmolina, la vela y una panera. Hemos puesto a la mesa de trabajo un hule, para no mancharla.
La pieza de más elaboración es el marco de marmolina, que convertiremos en soporte del centro. Para pintarlo, escogemos entre los colores de nuestro completo arsenal pictórico los que hagan juego con las tonalidades de la vela.
Aprovechamos el relieve del marco para crear una guirnalda, pintando flores y hojas con diferentes colores. Un plato de plástico sirve como paleta de las acuarelas
El borde de la mesa es un cómodo apoyo para trabajar los detalles sin cansarnos, igual que los pintores clásicos utilizaban el tiento en sus óleos. La primera pieza del centro casi está acabada.
La pintura seca rápidamente en la porosidad de la marmolina, y en seguida podremos perfilar el marco con acuarela dorada. Un color netamente navideño, de simpática apariencia.
Para que la superficie de nuestro marco quede así, debemos dar la acuarela dorada muy pastosa, con el pincel seco, y frotando suavemente. De esa forma solamente quedarán ‘tiznados’ de color dorado los perfiles marcados del relieve.
Ahora llega el turno de la panera, que como vemos es de las más simples y baratas. Vamos a ponerle un elegante camuflaje de flores secas, de las que venden para perfumar cajones y armarios. Las pegaremos con la pistola de silicona.
De esa forma convertiremos una modesta panera trenzada en un lujoso lecho para nuestra vela. Las flores se compran como ambientador, y cuando agotan su fragancia conviene guardarlas porque prestan excelentes servicios en muchas manualidades.
Ahora colocamos también flores de color verde y oscuros pétalos rojos, siguiendo la pauta marcada por la bonita vela que tenemos escogida.
Completamos el lecho para nuestra vela poniendo igualmente pétalos y flores en el interior. Ahora no los fijaremos con adhesivo, para que luego podamos acomodar bien la vela.
Presentamos los dos elementos que hemos elaborado, y comprobamos que forman un satisfactorio conjunto, digno de presidir una mesa de Navidad.
Para este adorno habíamos escogido una vela redonda, que como vemos ha determinado los colores de nuestro soporte. Es más práctico hacerlo así que buscar velas conforme a los colores que tengamos.
El grupo completo: el marco de marmolina debajo, la panera ‘floreada’ y la vela como guinda. ¡Realmente ha sido una tarde bien aprovechada, además de entretenida!
Para finalizar, hacemos un pequeño montaje escenográfico, y vemos que nuestro adorno tiene cualidades sobradas para presidir nuestra mesa de Navidad.