Con una simple botella de vino podemos hacer un jarroncito para alegrar la esquina de la terraza, la mesa del jardín o cualquier rinconcito de la cocina.
Para este tipo de adornos conviene escoger una botella con cristal tratado al ácido, que deja un esmerilado muy elegante y resultón, similar al clásico vidrio opalino que se empleaba en los frascos de tocador
Podéis seguir paso a paso la tarea en este reportaje, ¡es muy sencillo!
Nuestra humilde botella en vez de ir al contenedor nos ha dado un buen servicio, y además nos ha distraído un rato
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