Cogemos el tomate y le hacemos una cruz en la parte de abajo (en el culo, vamos) con un cuchillo
Lo ponemos en un plato al microondas con la cruz hacia arriba (para un tomate duro necesité un minuto, pero se necesitará más si hay más cantidad o menos si el tomate es más maduro). Simplemente hay que cocinarlo en el microondas hasta que la piel de la cruz se despegue de la carne.
Quitamos la piel del tomate y la retiramos.
Cortamos el pezón y lo retiramos.
Con un cuchillo picamos, o con un tenedor aplastamos, la carne del tomate y ya está listo.
Si no tenéis microondas o no os gusta utilizarlo mucho podéis hacer lo mismo escaldando los tomates en un cazo con agua hirviendo.