Hace unos días Patri y Josan nos dijeron que iban a ser papás. ¡Qué alegría, otro bebé en la familia!
Yo enseguida me puse a idear y decidí que para Navidad les iba a regalar el primer babero del bebé. Así que elegí unos colores neutros porque no sabíamos el sexo del nuevo miembro de la familia y para decorarlo una rana muy simpática con una amplia sonrisa.
Pero cuál fue mi sorpresa cuando me llaman para decirme que no había un bebé, sino ¡QUE VENÍAN GEMELOS! Así que nada, multiplicamos por dos la labor y han salido dos baberos exactamente iguales, bueno con una pequeña variación para distinguirlos.
El resultado no puede ser más tierno y la alegría no puede ser mayor. Así que ahora toca esperarlos para ponerles estos baberos y decir ?Mira que majos?.