Hoy os enseño una labor muy bonita y tierna. Los que hacéis manualidades, seguramente los habréis visto en varias versiones, esta es la mía.
Son dos caracoles, que combinan dos telas, una de topitos muy pequeños para el caparazón y otra degradada en tonos rosas y violetas para el cuerpo. La unión de las dos partes está realizada con una piculina y una puntillita, y rematada en un caso con una florecita hecha con cinta de raso y en otro con una cinta de organza y un botón. Los ojos son unos botones y la boca y los coloretes están pintados a mano.
La verdad es que son unos muñequitos muy dulces de los que se enamoraron Carmen y Fernando, y seguro lucirán en algún rincón de su casa. Cuando los vean y se acuerden dirán ?Mira que majos?.