Al principio de verano le regalaron a mi hijo Pablo una camiseta amarilla, que al verla se hacía difícil, porque el color era muy chillón.
Decidimos que le íbamos a poner algo para hacerla más maja, pero no se nos ocurría el qué. Al final salió la idea de hacer un Pokemon, en concreto un Pichu, que, si os digo la verdad, no sabía ni cómo era hasta que me enseñaron el dibujo.
Pero allá que me puse y la camiseta dio un giro y se ha convertido en la camiseta favorita de Pablo durante este verano.
Espero que os guste tanto como a él y digáis “MIRA QUE MAJA”