Hoy os enseño uno de mis clásicos monederos, en concreto uno sencillito pero lleno de color y buen rollo.
Está elaborado con una tela de tapicería que es de rayas de colores y va rematada con una boquilla de níquel, que lleva las bolas en el mismo azul de las rayas del monedero.
Como adorno he puesto un charm de una bicicleta, que aunque es muy pequeño le da un punto de alegría. Hay veces que no se requieren muchas cosas para que los trabajos queden chulos y dar un toque diferente.
Espero que os guste y que como siempre cuando lo veáis podáis decir “MIRA QUE MAJO”