La semana pasada, apareció Puri, si os habéis perdido la entrada, podéis verla aquí.
Y ahora vamos con Marta, de Martas patchwork, entre Segovia y Berlín.
El primer comentario que tengo de Marta es de enero de 2014, en una entrada que puse unas reflexiones y aunque no tuvo muchos comentarios, son todos preciosos.
En febrero, le di su primer premio y, hablando de premios, ya sé que hacen mucha ilusión al principio, y que ayudan mucho a que te conozcan, pero, afortunadamente, parece que ahora están en reposo que, para mi gusto, es como deben estar. O sólo dárselos a los blogs que lleven menos de un año, ahí dejo la idea.
En mayo, a cuento de unos botones que había comprado en un chino me dijo que en Berlín no había bazares y me ofrecí a llevarla cuando viniera a España.
Y el encuentro se produjo en el mes de julio.
Me encantó Marta, una persona campechana, franca, que viene de frente, valiente, como a mi me gustan.
Y la admiré desde el primer momento, alguien que puede tener una vida cómoda con su marido destinado en Berlín, y que es capaz de pasarse el verano trabajando a miles de kilómetros de él y sus hijos, para mí es digna de admiración.
El contrato de trabajo se amplió y sigue aquí, separada de su familia, intentando reunir días libres para ir a verles en cualquier ocasión, Marta eres una campeona.
Y gracias a Marta nos vemos más a menudo, porque en cuanto pensamos el mes ella es la que nos indica sus días libres y las demás nos acoplamos.
En la última kedada, vino pachuchona, muy pachuchona, pero ella asistió como una jabatona.
Que conste que cuando algo no le gusta, lo dice alto y claro, yo cuando publico algo de lo que no estoy muy convencida, espero su comentario que es definitivo, para bien o para mal.
Y es que vais a ir descubriendo personas con carácter, claro que si.
Ahora a esperar una semana para el siguiente The maker III Somos cuatro.
Y sigo coso que te coso...