Lo bueno de la tarjetería es que puedes preparar un detallito para cualquier ocasión y de manera rápida. En este caso, para la despedida de unos compañeros.
Para la primera tarjeta intenté aplicar textura sobre un papel decorado (aunque no se ve muy bien) y lo pequé sobre una base de cartulina. Para decorar recorté un sello de un globo, unas nubes y un banderín en pedazos de cartulina. El sentimiento lo escribí con rotulador imitando distintas tipografías y también hice un marco con rotulador.
Para la segunda tarjeta, simplemente pegué un rectángulo de papel decorado sobre la base de cartulina y decoré con un sello coloreado y una mariquita de madera. Escribí el sentimiento sobre un banderín convertido en letrero.
¡Feliz día!