La semana pasada estuvo cargada de gratas sorpresas, pues el cartero vino por casa 2 veces inesperadas.
En primer lugar, me llegó un sobre de nuestra querida Francis, ya todas la conocéis, si no es así pasaros por su blog, porque es una artista del ganchillo.
Dentro venia una etiqueta con su logotipo, de la cual colgaba unas preciosas tijeritas-cigüeñas charms y en su trasera unas palabras dirigidas a mi.
Y este precioso llavero, en forma de galleta jengibre, no me digáis que no es una monada, además de estar perfectamente hecha.
De nuevo gracias tesoro, sabes que me gustó mucho.
Y unos días mas tarde, sonaba el portero, era el cartero diciéndome que bajara, pues tenia que entregarme un paquete, que no cabía en el buzón.
Que sorpresa me llevé, al leer que su procedencia era Rocío, para quien no sepa quien es, pasaros por su blog, es una chica con muy buenas ideas, que lleva a cabo con una gran maestría de la aguja.
Ella conoce ya mis gustos, así que no dudó en mandarme un trozo de mi querida Holly Bobbie y una preciosa cinta métrica, forrada con una tela de tijeras cuyo fondo es turquesa mi color favorito. Me vino de perlas, pues la que tenía era de las antiguas, y esta tiene tanto cm, como pulgadas.
Venia acompañada de su tarjeta y una preciosa carta.
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Tanto una como otra, se nota que han pensado en mi, a la hora de realizarlos y el cariño que han puesto en ello, así que les estoy tan agradecida, que ya los tengo al uso dentro del precioso neceser, que en su día me regalo mi querida Loly, repleto de detallitos.
Estoy tan contenta de haber entrado en este mundo bloguero, y haber encontrado tantas amigas, que de otra forma no hubiera conocido nunca. Chicas os quiero tanto, que no tengo palabras, para demostrar el bien que me hacéis.
Desde lo más hondo de mi corazón, les mando mi gran beso canarión, en el que tenéis vuestra casa.
Fuente: este post proviene de Madejas de colores, donde puedes consultar el contenido original.
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