¡Que rápido se me han pasado los meses! Llega Agosto, en un verano que ha sido muy lluvioso y frío. Si, frío comparado con otros años. En serio les digo que me han robado el verano, dirán que exagero pero las noches ha estado con temperaturas frías mas propias de Otoño, bajando a 12 C y los días apenas subiendo a los 21, cuando el verano pasado me la pasaba planeando y buscando alternativas para llevar a mi hija a algún lado a nadar o a pasear a refrescarnos a algún parque. Sobre todo porque con la pandemia, las albercas publicas y balnearios estaban cerrados, lo único posible era ir a los lagos. Pero este año, han sido pocos los días de meternos a nadar y he tenido que cargar con una chamarra de tela deportiva o suéter ligero para las tardes frescas.Lo que si no nos ha fallado han sido los paseos en bicicleta, aquí en el barrio donde vivimos hay entre los bosques caminos pavimentados para bicis, que han sido una distracción y diversión para nosotros y para mucha gente.
Fue impactante el ver como en todas las tiendas no se encontraban bicicletas de ningún tamaño y tipo desde que comenzó la pandemia... Todas agotadas, porque esa fue una de las alternativas que muchos tomamos para poder hacer ejercicio y salir. Empezamos a ver familias completas en las tardes (claro respetando la distancia con quien se toparan), no solo caminando juntos, algunas en sus bicis desde el papa hasta el niño mas pequeño. ¡Bueno, en una ocasión hasta a unos abuelos me toco ver en bici! Así que es y ha sido algo fantástico el que cada uno tengamos nuestra bicicleta y que incluso le tengamos una canasta especial a nuestra perrita en una de las bicis, para no dejarla atrás.
La bicicleta siempre ha sido muy importante para mi desde niña. Recuerdo que me la pasaba en ella con mis hermanos y primos todo el verano, cuando las calles aun no eran tan peligrosas y podías salir afuera hasta que en la noche las mamas nos llamaban a cenar, ¡Que tiempos!
Y por eso tenia que dedicarle una portada y de ahí la inspiración de hoy... ¡Vivan las bicicletas!
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