Este pequeño truco lo aprendí viendo una entrevista a un famoso maquillador hace ya algunos años. En ella decía que en el backstage de los desfiles o las sesiones de fotos se encontraban en un mismo espacio un gran número de maquilladores, cada uno de ellos con sus propias brochas. Para no equivocarse y coger las que no les pertenecían, tenían la costumbre de pintarles las puntas de un color determinado, evitando así la confusión.
Aunque no sea maquilladora ni nada parecido, me parece una forma bonita de personalizar las brochas. Además es muy fácil y se necesitan tan solo cinco minutos.
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MATERIALES:
Brocha de maquillaje
Pintauñas
Celo adhesivo
Vaso o tarro
PASO A PASO:
Pegamos un trozo de celo alrededor de la brocha a la altura a la que queramos que quede la pintura. A continuación pintamos el trozo correspondiente con el pintauñas. Dejamos secar boca abajo ayudándonos de un vaso u otro recipiente. Finalmente, una vez seco, retiramos el celo.
Et voila! ¡Brocha personalizada!
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