Por fin entiendo aquella historia de que alguien se fue a por tabaco y no volvió.
A mí me ha pasado lo mismo.
Primero murió el ordenador de mesa, luego se puso enferma la tablet, después llegaron las vacaciones en el pueblo y al final llegó Jara.
Me alegro de estar por aquí y recuperar a mis amigos de internet, que seguro me daban por desaparecida en la nube.
El último parón del blog es responsabilidad de mi hija Andrea. Ha decidido que se lleva a Inglaterra a Caballero. Me deja sin galgo y solo con Luna. He estado un mes buscando un galgo para mí y he de deciros que no es tan sencillo. Yo quería meter al nuevo perro en casa mientras estuviera aquí Caballero por la sencilla razón de que es más fácil que el nuevo aprenda las normas de la casa de dos perros , por lo tanto he tenido un mes para hacerme con un galgo y la adopción es complicada.
Recurrí a anuncios de perros de segunda mano y ahí logré hacerme con Jara una galga de cuatro años que buscaba la jubilación como cazadora .
A los que tenemos perros como miembros de nuestra familia no deja de sorprendernos que alguien se deshaga de una animal tan joven por que ya no vale para el trabajo pero no creo que debamos juzgar una forma de vida y de entender a los animales que no es la nuestra.
Estoy segura que si como compañero tuviese un cerdito nunca pensaría de él como en un rico jamón a pesar de que me encante el jamón.
Lo cierto es que ha sido de lo más feliz como cazadora. Ha disfrutado de salidas diarias por los campos de Toledo. Ha estado bien alimentada: macarrones en caldo de huesos de pollo con zanahorias, vamos, como un atleta de élite y desde luego bien educada
Ha su antiguo dueño ya no le valía y para mí es la perra perfecta: dócil, educada, respetuosa, sociable con perros y personas, sin ningún tipo de trauma. Ahora me toca a mí pedirle que se acostumbre a hacer lo que mi tipo de vida necesita.Nada de caza, no quiero ningún gato, ni liebre ni nada de eso.Los primeros días cuando me señalaba una posible pieza y le gritaba NO, me miraba un tanto desorientada. Imagino que con el paso de tiempo irá olvidando, de momento vamos todos atentos a posibles victimas.
Otra cosa que me ha llamado la atención es que es un perro de manada de pueblo y me he acordado de cuando niña me iba al pueblo de la abuela. Con salir a la calle todo el mundo se interesaba por todos y se saludaba a todas las personas. La galga hace lo mismo. Salimos a la calle y se interesa por toda la gente y por todos los perros y claro aquí, en la ciudad, nadie habla con casi nadie y a la pobre ya la han ladrado frenéticamente y muchas personas se alejan de su simpatía al ver un perro grande que va a olerles.
En todo lo demás ningún problema una vez que hemos solucionado que las seis de la mañana no es la hora de salir a entrenar y que debe esperar a las ocho para hacer el primer pis.
Hemos solucionado lo del ascensor: ¡El suelo se mueve, horror!
Las escaleras, en el campo no hay.
La comida, aunque esté a tu alcance, ¡es nuestra! y solo tuya si te la damos: Ladrona.
Y por fin ya atiende a su nuevo nombre: Jara y no Barquilla por que ese era el color de su pelaje.
Vamos cosas normales que hay que enseñar a un perro que nunca a vivido en una casa familiar.
Mientras me ha dedicado a hacer una cama para la galga , una funda nueva para la cama de Caballero, un abrigo en tonos británicos para que no tenga frió por esas tierras tan verdes y estoy ahora con un chubasquero.
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Caballero: sé que Andrea te va a cuidar quizá mejor que yo, pero ni tú, ni ella, sois conscientes de lo mucho que te voy a extrañar.Seguro que Jara y a Luna si pudieran hablar dirían lo mismo.
Te queremos.
Fuente: este post proviene de Blog de Badulake, donde puedes consultar el contenido original.
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