Ya no es sólo poder partir de un modelo inicial al que se le pueden hacer todo tipo de variaciones de forma o color. Es también la posibilidad que todo esto me ofrece de poder crear conjuntos bonitos a juego para que toda una familia vaya vestida igual. ¿Sabéis lo tierno que resulta poder hacer camisetas conjuntadas para que una madre vaya vestida a juego con sus peques? Lo cierto es que no es fácil encontrar esta opción cuando uno va a comprar a una tienda física, ya que normalmente las tiendas están separadas en secciones bien definidas y las colecciones de niños no son las mismas que las de los adultos.
Sin embargo, cada vez son más las mamis que quieren ir coordinadas con sus hijos (y por suerte, también hay papis que se animan de vez en cuando) y esto es algo que desde Día tras Día llevamos haciendo desde el principio.
¿Y por qué os cuento esto? Pues porque hace unos días he hecho un conjunto de este tipo y mientras lo realizaba, ahí enfrascada entre la costura, la pintura y el crochet, estuve pensando en que esta es una de las razones (entre otras muchas) por las que se debería valorar la artesanía, lo hecho a mano, mucho más de lo que solemos hacerlo (yo también me incluyo). Y es que quien encarga este tipo de productos sabe que está adquiriendo algo exclusivo.
Pues después de soltaros todo este rollo de artesana, os voy a enseñar el conjunto que me pidió Carmen para regalar a su hermana y a su sobrina, para que luzcan bien guapas y conjuntadas, con uno de mis modelos más queridos, por ser uno de los primeros que diseñé cuando empecé con todo este jaleo:
¿Os gusta cómo han quedado? Me resulta siempre tan tierno ver esas camisetas tan chiquitinasal lado de las camisetas para las mamis…
Lo dicho: que me encanta mi trabajo y el poder aportar un poquito de felicidad a la persona que recibe el paquete con toda la ilusión del mundo.
Besos y hasta la próxima entrada.
Fuente: este post proviene de Día Tras Día, donde puedes consultar el contenido original.
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