Y digo hasta ahora porque después de coser el vestido que os traigo hoy mi pensamiento ha cambiado, ya veréis el porqué.
Para este vestido sólo necesitamos una tela con caída, como por ejemplo un crepé o un raso, un adorno de perlas, lentejuelas o strass, y una hora.
El modelo, con un hombro al aire y mucha caída, apareció en el coleccionable “Coser es fácil” que publicaron en la revista Burda Style hace dos veranos.
Desde el primer momento que lo vi lo guardé en la lista de favoritos y el otro día encontré el momento perfecto para confeccionarlo: una fiesta ibicenca al ladito de la playa.
Así que cogí una pieza de crepè blanco de 3 m. x 1,5 m, que tenía guardado, hice unas cuentas modificaciones al modelo de Burda y me puse manos a la obra.
Entre las modificaciones, como veis en la foto de mi cuaderno de anotaciones, reduje el ancho y añadí un pieza al bajo.
La idea es trabajar con dos capas de tela, para que no necesitemos forro y hacer el menor número de costuras posibles.
Trabajando por el revés, lo primero que hacemos es doblar la tela por la mitad a lo largo y luego por la mitad a lo ancho, de forma que nos quede un cuadrado de 75 cm. x 75 cm. con un doblez grande en el lateral, dos dobleces en la parte superior y la tela abierta en el otro lateral.
A continuación sacaremos la parte inferior del vestido, cortando una pieza a todo lo largo de la parte abierta de 16 cm. de ancho.
Con la tela así doblada, cortamos el triángulo del hombro y unimos las dos telas por el corte. Luego nos vamos al lateral abierto y cosemos las dos telas juntas enfrentadas sólo 31 cm., a modo de que será la apertura de la manga. De esta forma tanto el escote como la manga nos quedarán pulidas y perfectas.
A continuación, hacemos una costura uniendo los dos pequeños dobleces de la parte superior, a modo de hombre y unimos desde la manga hasta el bajo, el forro con el forro y la tela exterior con la tela exterior. Será la única parte donde ambas telas vayan separadas.
De la pieza de 15 cm. de ancho cortamos dos piezas de 1,2 m. las unimos a lo largo y planchamos. Luego enfrentamos por el derecho al bajo exterior del vestido y cosemos, como cuando ponemos un bies o una cinturilla. Luego doblamos por la costura y cosemos por el revés y los laterales, para que nos quede la apertura lateral como en la foto.
Ya solo nos queda adornar con una aplicación que nos guste, yo elegí esta de strass que le iba al pelo.
Os voy a confesar que con el vestido en la mano, después de coser y planchar, me dio la impresión de que mis expectativas habían sido superiores al resultado, pero ese pensamiento sólo me duró el tiempo que tardé en pintarme, vestirme y calzarme.
Es impresionante como sienta, lo bien que combina con todo y lo comodísimo que es. Hasta sin pintar y descalza queda bien
Además, los piropos que recibí al llegar a la fiesta compensaron todas las impresiones.
¿Quién se anima?
¡Nos vemos muy pronto con más tutoriales facilitos!
Un abrazo
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