No me da la vida…..es una expresión que muchas de nosotras utilizamos a diario y lo peor de todo es que es verdad, no nos da.
Son más las obligaciones que las devociones, así que no nos queda más remedio que incorporar la obligación a la devoción.
Si además involucramos a los pequeños de la casa estaremos enseñándoles habilidades además de estar compartiendo nuestro tiempo con ellos. Y si esto nos sirve para tener la cena hecha……pongámosno manos a la obra.
Recuerda que los padres somos los mejores maestros de nuestros hijos. Enseñar a los hijos cómo hacer algo toma tiempo, pero vale la pena cuando veas el orgullo y la habilidad que ellos adquirieren.
Y de este juego y dedicación, surge la huevóndiga!
No dejéis de verlo!!