Pero el pobre pastel sobrevivió poco tiempo, todavía no se había apagado la vela, cuando la cabeza de la ninfa ya estaba en las manos de los niños…
Como en mi familia el dulce empalagoso del fondant nos vuelve locos, pero no tanto el bizcocho (somos así de raros), para la seta utilicé una pieza de porex comprada en una tienda de manualidades. La cubrí de fondant utilizando un poco de pegamento alimenticio.
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