Dar un paseo, comer, jugar, echarte la siesta... Todo sabe mejor en vacaciones, porque no tenemos prisa, ni ataduras ni compromisos, porque puedes cenar a las once de la noche y no pasa nada, porque puedes caminar descalzo, tomar una copa a las cinco de la tarde o quedarte en la playa para ver atardecer. Puedes quedarte dos horas viendo unas vacas pastar o caminar campo a través para llegar a un acantilado escondido...
Pero esos días terminaron, al menos para mi, y hasta el próximo verano no volveré a disfrutar de la mayoría de estas cosas... Por suerte, tenemos todo un curso por delante para explorar otras formas de diversión y yo no voy a desaprovechar la oportunidad. He cargado pilas y os traeré algunas novedades que espero que os gusten y os animen a hacer muchas cosas también.
Comenzamos!! Me acompañáis?
Feliz fin de semana!
Fotos: Sara González Carrasco