Cuando el verano pasado introdujimos en la tienda el especial lino de Wetterhoff, Akseli 8, me rondaba en la cabeza tejer una chaqueta. De repente, apareció en los proyectos recién publicados de Ravelry esta ligera chaqueta de Hannah Fetig, Brise cardigan. El modelo original utilizaba un lino más grueso del que yo tenía, pero al final mi tensión se ajustaba bien a mi talla con agujas de 3.00 mm.
Como os imaginaréis, no fue una chaqueta con la que se avanzase muy rápidamente. Además, es un modelo muy sencillo de raglán, sin ninguna complejidad pero un poquito pesado. Esto fue una pequeña fatalidad para mí. Después de tener prácticamente todo el cuerpo terminado, la abandoné. No obstante, como continúo con el propósito de rematar y terminar proyectos, cuando me fui a Valencia unos días en verano, me la llevé. Sólo me quedaba una manga pero dio bastante guerra.
Me había propuesto utilizar dos madejas y evitar dejar restos. Muchas veces mis proyectos van al límite. Con la primera, tejí el canesú y unos veinte centímetros del cuerpo. Con la segunda madeja, tejí las dos mangas y el cuello. Confié demasiado y cuando terminé la segunda manga apenas sí tenía lino para terminar el cuello. Así que tuve que ir deshaciendo poco a poco las mangas hasta conseguir cerrar el cuello. Me quedaron apenas 2 metros de hilo cuando la terminé.
Este lino me sorprendió gratamente. En la madeja, el hilo presenta un aspecto rústico y poco agradable. Pero a medida que se va tejiendo se transforma y se vuelve suave y delicado. Además, tiene un color precioso: parece que lleve seda por su brillo.
Esta chaqueta no tiene ningún acabado especial y esto producía que todos los bordes se enrollaran. Después del bloqueo (sin estirar, coloqué alfileres únicamente para desenroscar los acabados), la prenda adquirió su nueva forma y los bordes quedaron rectos, salvo en el cuello porque ajusta al cuerpo. Sin duda, este material es fascinante.
Por otra parte, con esta chaqueta quería unir mi afición al punto y la recién adquirida a la máquina de coser. No pudo ser. Intenté colocarle un bies de raso del mismo tono pero quedaba muy rígido y perdía ligereza.
Lo importante es que he conseguido terminar la chaqueta que hace un año pensé que sería estupenda para el otoño – invierno malagueño. Ahora ya sí está lista para este otoño que llega.
Proyecto en Ravelry.
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