Me decidí a realizar un maniquí para tal cuestión. Pero no uno en miniatura; uno a tamaño natural tendría más gracia. Para ello "utilicé" a mi querida hermana como modelo. Le puse una camiseta vieja que tenía por casa y la empecé a "momificar" con cinta adhesiva.
Una vez "momificada", le saqué la camiseta. Para ello corté en línea recta por la espalda
Así, conseguí un molde para mi maniquí. El interior lo rellené de papel de periódico (¡un montón!) para que fuese cogiendo forma. Una vez conseguido, cerré la parte de atrás que había cortado con cinta adhesiva. Para la base, tuve que cortar a medida una base de cartón y la incrusté debajo.
Como me pareció que el molde estaba algo blando, lo cubrí con papel higiénico pegándolo con la mezcla de cola blanca y agua. Y ahora, ¿cómo decorarlo?. Mi primera idea fue pintarlo, pero al ser el primero que hacía, el molde tenía bastantes irregularidades, por lo que se notaría cada una de ellas. Así que me decidí por otra opción; cubrirlo con trapillo. Tenía uno por casa que me había dado mi madre de color beige. Desde abajo hacia arriba fui bordeando el molde, poniéndole alfileres para sujetarlo en punto estratégicos, de forma que la siguiente vuelta los tapara.
Y listo; conseguí un maniquí a tamaño real para los collares largos. Sigo buscando algo parecido a una base de perchero para que poder tenerlo de pie, pero de momento encima de la cómoda queda muy bien.