Es una mesa muy curiosa, pequeñita, creo que había sido de una iglesia, tiene cajones a ambos lados, en total cuatro muy pequeños.
Cuando me la trajeron tenía la madera de encima muy dañada, llena de arañazos profundos y de agujeros de carcoma por todos sitios. Ha sido un proceso largo pero ha valido la pena. La mesa me encanta y espero que a su dueña y a vosotros también.