Mi madre ya tenia una caja igual, pero era de color madera, muy sosa. Así que la caja ha pasado por mis manos:
En un principio, pensé en pintarla de rosa, luego, ponerle servilletas, pero como ya creo dominar la técnica del transfer con cola, me decidí a poner así los elementos decorativos. Antes de ponerme a decorarla, le dí varias capas de gesso blanco, y alguna lijada...
Para que quedara claro su uso, transferí la frase "Las pinturas de Celia"... que tiene además su ironía, porque Celia está ahora con la costumbre infantil de decir que todo es suyo... Y un conejito muy dulce, acompañándolas.
También se "coló" un pajarito...
Y otro conejito...
En los laterales, más pájaros...
Y en la parte trasera, con un lazo, el "aviso" de que se ha hecho con cuidado...
En el interior, no me pude resistir, y apliqué con decoupage, las servilletas que ya he usado en otras ocasiones, junto con los sellos de blonda circulares.
Y más sello de blonda en el borde..
Esta caja me tiene enamorada... Creo que es de las cosas más bonitas que he hecho, y que aunque sé que Celia, en estos momentos, no valorará (aún) el amor con el que la he decorado, ni con el que mi madre la va a rellenar de pinturas, tijeras para niños y demás utensillos de "pintá", espero que la acompañe muchos años.
Ah, todo está protegido con barniz en spray y una capa de cera, para que dure.
Puedes consultar aquí mi tutorial para transferir imágenes con cola, y verás qué fácil es hacerlo.
Y ahora, a pensar en lo siguiente, que tengo que coser un poco más. Tanto ordenar y pintar, y tengo el patchwork y la costura abandonadísimos. No sé si os pasa a vosotras, que hay temporadas que no podemos dejar un tipo de labor o manualidad y las demás quedan en el olvido...
Que sigáis pasando una feliz semana