Hace unos días os contaba la historia de unas servilletas desparejadas, pues bien, a una de ellas le llegó su turno de convertirse en algo útil.
Voilà!!!
Los colores no son exactamente como aparecen, pero es lo que tiene el otoño que los transforma a su estación.
Me encanta cuidar las traseras, es como el forro de los abrigos, me enamora que sean preciosos.
Tengo muchísimos manteles de Lagartera de todos los formatos y tamaños, como me siga dando el punto, voy a tener más de patchwork.
Y sigo coso que te coso...