La Ardilla Greta, es muy friolera, se mete en su madriguera, que tiene en un tronco de árbol, y asoma el hocico tímidamente, a ver que tal día hace. Ve las hojas del roble caer, y unas cuantas bellotas. Su estómago empieza a hacer ruidos, Greta se debate entre pasar frío, o hambre, ¡buf! ¡buf! ¡habrá que salir a por unas cuantas! no le vendría mal una bufanda…
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